El objetivo del tratamiento osteopático puede ser preventivo, curativo, paliativo o coadyuvante.Mediante la mejora de las funciones orgánicas y de la fisiología, podemos incidir en la mejora de diversos cuadros clínicos, entre ellos:

Preparación para la cirugía y rehabilitación postquirúrgica

La osteopatía puede ayudar a preparar el cuerpo antes de someterse a una intervención quirúrgica. Del mismo modo, después de una cirugía, es posible que síntomas como dolor, molestias o ciertas limitaciones no mejoren dentro de los períodos previstos. En estos casos, la osteopatía puede ser de gran ayuda para favorecer la recuperación y mejorar el bienestar del paciente.


Trastornos ginecológicos y obstétricos

Dolores perineales, inguinales, pubalgias, episiotomías, cicatrices, tratamiento pre y postparto, entre otros.

Trastornos musculoesqueléticos

Dolores musculares y miofasciales, tendinitis, ciatalgias, lumbalgias, cervicalgias, esguinces, entre otros.


Trastornos respiratorios

Bronquitis, asma, otitis, sinusitis, rinitis, alergias, infecciones recurrentes y crónicas (oído, laringe, bronquios, entre otros).


Trastornos digestivos

Dolor abdominal, estreñimiento, colon irritable, gastritis, hernia de hiato, cólicos, reflujo gástrico, entre otros.

Trastornos genitourinarios

Incontinencia, cistitis, ptosis renal y de vejiga leve, dolores menstruales, infecciones recurrentes.


Trastornos neurológicos

Estados depresivos, ansiedad, estrés, trastornos emocionales, entre otros.


Trastornos inmunológicos y hormonales

Alteraciones hormonales, amenorrea, menopausia, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, entre otros.