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Embarazo

Aunque es un proceso natural y parte del ciclo de vida normal, cada embarazo es una experiencia especial. Hay una gran variedad de cambios en el cuerpo de la madre: físicos, químicos, hormonales y emocionales.

La osteopatía es un método muy seguro y no invasivo de tratamiento que puede desempeñar un papel importante en la atención prenatal. La osteopatía puede ser beneficioso antes, durante y después del embarazo a través de:

Preparación para el embarazo

El tratamiento osteopático durante el embarazo ayuda a que el cuerpo se adapte a la postura, que va modificándose con el crecimiento del útero.

Preparación para el trabajo del parto

Aliviar el cansancio físico tras dar a luz y ayudar con la recuperación

Después del nacimiento

El tratamiento tiene como objetivo ayudar a la postura de la nueva madre para volver a la normalidad mediante la realineación de la pelvis y la columna vertebral. Este hecho también ayuda al útero y la vejiga para realinearse dentro de la pelvis y así mejorar la función del suelo pélvico.

Recomendamos que todas las madres tengan un chequeo osteopático postnatal después del parto. El reequilibrio de la pelvis después del parto es muy sencillo cuando se trata en las primeras semanas, y puede prevenir muchos problemas en los órganos de la espalda o la pelvis en el futuro.

Los nuevos hábitos de vida pueden favorecer la carga de un cuerpo que todavía está pasando por cambios hormonales y físicos: la repetida flexión para cambiar pañales, posiciones inadecuadas de alimentación, el levantamiento de sillas de bebé y coche, o llevar al bebé en la cadera, se suman a la vulnerabilidad de este momento.

A medida que el bebé crece en el útero, el cuerpo de la madre tiene que hacer espacio y su postura tiene que adaptarse. Cada mujer responde de manera diferente, dependiendo de su historia previa. Embarazos anteriores y accidentes previos pueden haber afectado el funcionamiento mecánico de la columna vertebral y la pelvis, mientras que las enfermedades pueden tener relación con el estado de los tejidos y la función de su cuerpo.

Estos factores, además de la relajación natural de los ligamentos en la preparación para el parto, aumentan las posibilidades de que aparezcan molestias, cuadros de dolor y fatiga.

Cuando se acerca el nacimiento, con la reducción de espacio para moverse, el bebé tiene que estar en la posición óptima para el parto. Cualquier traumatismo pasado en la pelvis, el sacro o coxis puede distorsionar el canal de parto haciendo el descenso del bebé más difícil.